EL BAUL DE LA SALSA

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jueves, 20 de octubre de 2011

EL SANTO DE LOS SONEROS

ELCRISTO NEGRO DE PORTOBELO







Un 21 de octubre de 1658 llegó a las playas de la comunidad panameña de Portobelo la imagen del Cristo Negro, y desde entonces ha permanecido en el corazón de los panameños y de algunas personalidades extranjeras. El Nazareno, como se le conoce, no sólo es el santo más importante en Panamá, sino que también es conocido en amplios sectores de Latinoamérica. Sin duda, muchos latinoamericanos han escuchado y cantado el tema musical que "El Brujo de Borinquen" o "El Sonero Mayor", Ismael Rivera, le dedicó al Cristo Negro.

 

"El Nazareno me dijo que cuidará a mis amigos, que siguiera cantando cositas lindas y bonitas para ustedes, que son mis queridos amigos", dice el coro de esta canción que sacó al mercado entre 1974 y 1975 y que en Panamá, Puerto Rico y otros países se ha convertido en un himno.

 

A través de los años, al Cristo Negro le han atribuido importantes milagros. Pero tal vez el más conocido es el que hizo a Ismael Rivera. En 1975, "El Brujo de Borinquen" estaba por retirarse de su exitosa carrera musical debido a la adicción a las drogas que padecía.

 

En una de sus habituales visitas a Panamá, país que consideraba su segunda patria, "Maelo", como también se le conocía, habló con su fraternal amigo Pedro Rodríguez "Sorolo" y éste le recomendó que se encomendara a un santo que en Panamá había realizado milagros increíbles. Rivera, no muy convencido, aceptó y ambos viajaron a la iglesia de San Felipe de Portobelo, ubicada en una comunidad costera en el lado Atlántico panameño, en donde el cantante pidió al Milagroso que le permitiera dejar las drogas y seguir cantando.

 

Antes de viajar a Panamá, los médicos que atendían a Rivera le advirtieron que su adicción era grave y que si no lograba controlarla, pronto su carrera musical habría terminado totalmente. En ese momento, el gran cantante estaba prácticamente alejado de los escenarios y su carrera iba en franco deterioro. Pero una vez se encomendó al Nazareno, su situación empezó a cambiar notablemente. La influencia del santo en la vida del cantante lo motivó a dejar las drogas y a retomar su destacada profesión.

 

Una vez recuperado y en cumplimiento de su promesa, "Maelo" volvió a Portobelo todos los 21 de octubre, desde 1975 hasta 1985, dos años antes de que un cáncer en la garganta acabara con su vida un 13 de mayo de 1987, a la edad de 56 años. Al retornar a la música, Rivera lanzó varias canciones que fueron éxitos, entre ellas, la dedicada al Cristo Negro, llamada "El Nazareno".

 

Luis Gooding, otro de los entrañables amigos de Rivera, cuenta que "Maelo" estaba "bien hundido en el vicio" y que a su llegada a Panamá le ofreció siete años de penitencia al santo a cambio de su ayuda. La penitencia consistía en caminar desde el popular corregimiento de El Chorrillo, en la ciudad de Panamá, hasta Portobelo, travesía que duraba al menos tres días, exponiéndose al sol, la lluvia y durmiendo en el camino.

 

El peregrinaje de Rivera por las calles de Panamá hacia Portobelo se hizo famoso año tras año, al punto que una muchedumbre tradicionalmente lo esperaba en el camino para ir cantando con él canciones de moda hasta llegar a la Iglesia. Las procesiones del Nazareno eran entonces una verdadera fiesta popular y religiosa.

 

Los milagros del Cristo Negro no sólo cautivaron a Rivera, era común ver también en las procesiones de este santo a grandes soneros como Celia Cruz, Pete El Conde, Cheo Feliciano y Gilberto Santa Rosa, entre otros. ¿Podría ser considerado acaso el Cristo Negro como el santo de los soneros?, tal vez. Han pasado 13 años desde la muerte de Ismael Rivera, pero él todavía sigue pagando su manda al Cristo Negro, porque el disco que le compuso suena incesantemente en las radios panameñas cuando se acercan las fiestas del santo.

 

La presencia de "El Brujo de Borinquén" en Portobelo se hizo más intensa este año. ¿Por qué?, pues los seguidores del cantante y del santo decidieron hacer un busto de Rivera en la entrada de la Iglesia San Felipe de Portobelo. La escultura de "Maelo" luce en el cuello un enorme crucifijo de madera con la imagen del santo.

 

La escultura mide un metro con 20 centímetros, está montada sobre una base de concreto de 60 centímetros y su construcción tomó 53 días al artista panameño Armando Granja. Ahora las personas que acudan a Portobelo año tras año, podrán rendir culto a dos de sus ídolos: el Cristo Negro y "Maelo".

 

Su llegada

 

Hace 341 años las olas del océano Atlántico llevaron hasta la playa de San Pedro de La Escucha la pesada imagen de un Cristo de color negro. Hay dos versiones de cómo llegó la imagen a este lugar. La primera asegura que un indio llamado Kichimbanchi descubrió al santo flotando en las aguas y lo arrastró a la orilla. La segunda, y la más conocida, dice que el Cristo era llevado en un barco hacia Colombia o Perú y el mal tiempo obligó a desembarcar en Portobelo.

 

Añade la historia que cada vez que este barco intentaba zarpar, se desataba una tormenta que lo impedía. Al cabo de varios intentos, los españoles encargados de la imagen decidieron dejarla en Portobelo, y desde entonces permanece allí.

 

Los textos de historia aseguran que simultáneo a la llegada del Cristo Negro a Portobelo se desató una terrible epidemia de viruela, que diezmó fuertemente la población, y motivó que todos los ciudadanos del pueblo le imploraran de rodillas a la imagen que los protegiera de este mal. Milagrosamente, la epidemia cesó al día siguiente, y desde ese día todos los 21 de octubre se realiza una multitudinaria procesión en Portobelo.

 

Iglesia preocupada


Las fiestas del Cristo Negro de Portobelo no sólo son famosas por las personalidades que allí acuden, sino también por la polémica que ha levantado entre la Iglesia Católica y los organismos de derechos humanos, que consideran que las penitencias o "mandas" ofrecidas al santo son extremadamente dolorosas.

 

La televisión panameña ha mostrado escenas de devotos del Cristo Negro recorriendo kilómetros de rodillas con sus extremidades destrozadas por lo rústico de la carretera, hay quienes realizan esta penitencia cargando en su espalda a algún familiar que haya sido beneficiado con un "milagro" del Nazareno, a otros con el dorso totalmente quemado con cera de velas ofrendadas al santo o recibiendo azotes en todo su cuerpo, como muestra de devoción.

 

Las escenas de dolor que han dado la vuelta al país produjeron reacciones negativas en la Iglesia Católica panameña y grupos de derechos humanos que consideran estas penitencias como reprochables.

 

La cantidad de devotos que han tenido que ser atendidos de urgencia en los hospitales o por los socorristas apostados en el trayecto hacia Portobelo, es considerable. La alta jerarquía de la Iglesia ha tenido que intervenir haciendo insistentes llamados a sus feligreses para que moderen las mandas que ofrecen al santo, pero nada ha podido contra la fe que éstos tienen en el Cristo Negro.

 

Los enérgicos llamados de atención no han convencido a los feligreses de abandonar estas dolorosas prácticas. Mientras tanto, las fiestas religiosas del Cristo Negro de Portobelo siguen siendo las más populares de Panamá, y a pesar de que ya Ismael Rivera no acude a las mismas, todavía hay muchas personas que siguen cantando, con campana en mano, tumbas y maracas, la canción de El Nazareno. Y si tienen un poco de suerte, podrán encontrar cantando a su lado a algún destacado salsero amigo de "Maelo" o devoto de este santo.